 Mariposa del polen sin dueño metamorfosis del vertiginoso origen ojeo tus hojas con mis dedos nómadas insomne e insaciable donde te posas inviertes la vida volteando las ganas hasta que sucumbe el que te toca Y tu, intacta confundes la muerte con la eternidad de una herida haciendo hasta de la nieve un beso políglota donde palpitan todas las islas todos los mares donde las anguilas astrales desovan brasas Y yo, Simbad para siempre y tú, poblada de tigres me haces vagabundo de tu noche sin verbos. Aquí, sobra el Paraíso y jamas habrá para ti, un séptimo día. |
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